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Alimentación
Por Conchita Llorens Nutricionista Thiocamp
Los frutos secos son una de las mejores alternativas saludables para el aperitivo, para picar entre horas o en las meriendas. Además están aconsejados antes de realizar ejercicio físico intenso.
Por definición denominamos frutos secos a aquellas frutas que poseen escasa proporción de agua en su composición, podemos distinguir los frutos secos naturales de cáscara dura o los frutos secos que resultan de la deshidratación industrial, tales como uvas pasas, dátiles u orejones.
A excepción de las castañas que casi no contienen grasas y poseen más cantidad de hidratos complejos, la mayor parte de los frutos secos aportan alrededor de las 600 kcal por cada 100 gramos porque contienen unos 50 a 60 gramos de grasa en esta cantidad. Es por ello que muchos pueden creer erróneamente que los frutos secos engordan, pero no se trata más que de un mito, pues son alimentos muy ricos en proteínas vegetales y contienen fibra, ambos factores dan saciedad y por ello, no podemos consumir grandes cantidades de estos ingredientes.
Además, si analizamos nutricionalmente una porción de frutos secos de unos 30 gramos, nos daremos cuenta que no alcanzan las 200 kcal y que nos ofrecen una diversidad importante de vitaminas y minerales
Son ricos en antioxidantes, ácidos grasos insaturados (omega 3 y omega 6), vitamina E y del grupo B, fósforo, calcio, potasio, selenio y zinc.
Nos ayudan a:
Es recomendable consumir los frutos secos sin salar, ni freír o tostar, es decir, crudos.
¿Cuáles son los mejores frutos secos?
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